martes, 24 de septiembre de 2013

THE FAMILY

Finalizaba el otoño de aquel año. Un otoño de temperaturas suaves y casí primaverales que hasta aquel momento nos había sorprendido. De repente. Un pequeño sonido que sentia en el exterior de nuestra cueva nos desperto. Era el aire de las hojas que se producia al caer. Las últimas hojas de aquel otoño. Las que nos abrio los ojos. Mirando sorprendidos desde dentro de nuestro hogar. Como la luz del dia, poco a poco, rompia en azul la oscuridad de la noche.. Dejando entrar los rayos del Sol hasta que llenaron con su luz nuestro habitaculo.
En aquel instante se niraron hijos, padres, tios y abuelos y despúes niños y niñas y de más criaturas de los alrededores. Y con nuestras miradas entrecruadas como respuesta. Decidimos que aquel dia, aquel domingo de finales de otoño, era un gran dia para hacer una excursión. Primero debiamos coger el sendero que teníamos al lado para disfrutarlo mucho antes que puedan llegar los primeros frios del invierno que estaba apunto de comenzar.
Y despúes con la mochilas y de más herramientas comenzamos a caminar. Hasta que a pocos metros de nuestra casa encontramos el lugar perfecto para pasar el dia. Un pequeño prado, aún verde, redeado de monticulos llenos de viñas desnudas de ramas y hojas.
Al llegar nos repartimos el trabajo y mientras, los pequeños y jovenes corrian entre la niebla aún espesa. Los grandes, hombres y mujeres, digamos de forma equitativa haciamos el reparto de las actividades campestres. Las mujeres comenzaros a preparar la comida y la mesa. Y los hombres como siempre, nos dedicamos a buscar frutos silvestres, algo de leña para el fuego y sobretodo charlar.
Cuando paso un cierto ti

lunes, 18 de marzo de 2013

Entre peras y manzanas

El Arnau se presento en aquella sala toda llena de gente con un rebombori que se escuchaba desde lejos. Pregunto, a un auxiliar, donde podia sentarse y al final tomo la decisión de ponerse en el medio de aquella gran sala. Despúes de que la respuesta fuese muy cordial pero, poco concreta. Dejo la maleta en el suelo y sin niguna prisa, porqué tenia mucho tiempo, extrajo una bolsa de su interior con unas piezas de fruta.
Hasta aquel momento, aún no se había puesto nervioso aquella mañana. Miro su reloj  y decidio tranquilamente darle un mordiscoa una manzana. Que le sirvio para sacar dos cosas de encima: el sueño despúes del madrugón y la gana que llevaba aquella hora.
Todo le cambio cuando aquella mujer tan atractiva, la secretaria del jurado. Saco del sobre el tema del concurso. Allí sentado rodeado de otros escritores, jovenes y no tan jovenes, en una mesa individual. Escucho como la voz decia, entre el silencio del personal: MANZANAS y mirando a cada uno de los participantes. Les dijo, que ya podian dar alas a su imaginación y podian comenzar sus redacciones. Manzanas era, sin más, el tema del que deberian de hacer el ejercicio del concurso. Un tema que aunque no era muy imaginativo, ni tan poco inspirara un gran abanico de ideas. Resultaba muy atractivo desde el punto de vista de reto literario y que el Arnau estaba seguro que pondría a prueba a todos los participantes al concurso.
A partir de aquel instante, lo primero que le va pasar por la cabeza va ser aquella deliciosa y acida manzana verde que hacia 10 minutos habia tenido en la mano para almorzar.. Una manzana que aún intentaba disfrutar y que desgraciadamente habia desaparecido fisicamente y no sabia como hacer aparecer literariamente.
El tiempo  iba pasando deprisa  y a al mismo tiempo, los nervios comenzaban a concentrarse en el estomago. De tal forma, que poco a poco, se iba apagando la inspiración.
De golpe tuvo una idea. Si en lugar de manzanas hablase de peras. ¿Que pasaria? De esta forma se recordo de la otra fruta que llevaba en la bolsa y que también era sabrosa y fresca. Así de esta manera tan ingenua puede ser que aconseguiria despistar al jurado. Teniendo en cuenta que las dos también comenzaban por P.
Con esta idea en la cabeza inicio la redacción. Dandose cuenta que no podia hacer otra cosa. Porqué, pusiera lo que pusiera, la manzana ya no era, ya se la había comido